Por: Oscar Carrasquel
Villa de Cura, estado Aragua
23 de marzo 2014
El hombre es joven
y de manos duras,
de cara magra y sucia,
y de cabellos ensortijados.
Camina descalzo,
calle arriba y calle abajo.
Con su torso descubierto
y pantalones ensanchados,
que sostienen sus manos.
El harapiento cruza
la calle solo.
Y el transeúnte
le esquiva indiferente.
De este hombre desamparado.
que camina...
como por encima
de una filosa piedra.
nadie se apiade.
Se rinde ante el cansancio,
y deja caer su cuerpo
en cualquier acera.
Durmiendo y soñando
pesadillas.
La dura pared le sirve
de cabecera.
Y su miseria,
-para esta sociedad-
continúa siendo una
quimera.
OeC. Marzo 2014
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