domingo, 23 de marzo de 2014

LA MADRE MARIA


Por Oscar Carrasquel
Villa de Cura, estado Aragua

Hoy resulta un buen día,
de cielo fresco y claro...
Bonito el amanecer
para honrar a la madre,

viviente o ya fallecida.

Cuando un montón
de recuerdos y legados,

como tren por una montaña,
por mi mente van cruzando.

Todavía mis ojos la siguen
Inclinada frente a su “Singer”,
Pedaleando su motor,

entre puntada y puntada.

Otras veces,
en una mesa inclinada,

acariciando telas y figurines
de modas.
Procurando el sustento
diario.

En una casita de bahareque,

que olvidar no podría,
los frutos dulces
de la mata de mamón.
Y el fresco olor de su patio.

También rosas y helechos,
en unos potes colgando,

que de manera religiosa
regaban diariamente
sus manos.

Para mi madre, MARIA,
otro mundo no existía,

sino el amor a los hijos,
y de otra gente que le
seguía.

Como una roca adusta,

soportó fuertes sequías.
Supo de tempestades,
de silencios y soledades.

Cuando llegue el final,
y la tierra me de cobijo,

en el cielo la buscaré.
Para llenarla de ternura,
de alegría y de besos.

Con la misma emoción
de un navegante perdido.
Que desde la cubierta del
barco,
la luz del faro divisa.

OeC. Abril 2014


Sitio web de la imagen: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=417267868409775&set=np.28037546.100003700138125&type=1&theater&notif_t=photo_tag

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