Por: Oscar Carrasquel
Araure, 10-11-2014.
Recién llegado del vientre materno,
los ojitos de VALENTIN
comienzan a escrutar al mundo,
como si fuese un bebe turístico.
Viene a saber de experiencias desconocidas, de otros senderos,
a seguirle el rastro al tin-tin
y a la canción de un carro heladero.
A dialogar con el viento
con cada golpe de aliento.
Como un abuelo que ríe,
yo busco en una fotografía
su llanto sonoro y sombrío.
OeC
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