Por: Marìa Teresa Fuenmayor
Villa de Cura, estado ARAGUA
Arrastrada por la corriente la cama salió por la ventana del cuarto.
Las calles también estaban llenas de agua y Pipo pudo ver otras camas flotando, también autos, árboles con las raíces al aire y hasta juguetes.
Sobre las azoteas y techos de muchas casas veía a personas asustadas pidiendo auxilio a gritos.
De pronto se le acercó una señora de aspecto extraño ya que su cuerpo estaba todo hecho de agua. Ella le dijo:
-“Hola, soy la señora Inundación. Como puedes ver soy muy poderosa. Puedo hacer mucho daño. Cuando llueve en exceso aparezco yo. Date cuenta que no hay nada que se me resista”
La señora le dio la espalda antes que él pudiera responder y se alejó rodeada por grandes olas que arrastraban todo a su paso.
La cama de Pipo siguió navegando y, de pronto, se detuvo sobre una colina.
Del otro lado de la colina no había agua, así que Pipo se bajó de la cama y comenzó a caminar. La tierra estaba muy seca, tenía grietas por todas partes. No había plantas.
Pipo encontró huesos secos de animales que habían muerto de sed y vio pasar a personas muy cansadas, venían con tobos llenos de agua en las manos, habían recorrido grandes distancias para traer agua desde muy lejos hasta este lugar donde vivían.
Se le acercó otra dama. Tenía la piel color arena y su ropa estaba llena de polvo. Mirándole con altivez le dijo:
“-Soy la señora Sequía. Soy muy poderosa. Puedo secar todas las plantas,
acabar con las cosechas y generar mucha hambre para gente y animales. Si no quieres morir de sed vete de aquí”
Sin despedirse. Con una gran falta de educación, le dio la espalda a Pipo y se alejó dejando una estela de seco polvo tras sí.
Pipo subió corriendo a una colina cercana. Del otro lado había un pueblo. Se veía normal. No había inundación ni sequía alguna.
Camino aliviado por sus calles, pero, de pronto, el suelo bajo sus pies comenzó a calentarse y a moverse como una gelatina. Pipo vio los altos edificios balancearse como si fueran a caer sobre él. Aterrorizado comenzó a gritar llamando así la atención de un caballero que se le acercó.
Era un hombre tembloroso. Le temblaban hasta las orejas. Pipo le preguntó:
-“¿Está temblando de miedo?”
El caballero rió:
-“ Ja,ja,ja, yo no tiemblo de miedo. Yo hago temblar de miedo. Soy el señor Terremoto. Soy muy poderoso. Hago temblar la tierra. Derribo casas, edificios, puentes. Nada se me resiste. Si quieres huir de mi ve detrás de aquella colina que está a la derecha, pero ten en cuenta que del otro lado te encontrarás con el Niño”
Se alejó balanceándose sobre sus temblorosas piernas.
Pipo se apresuró a subir la colina indicada contento de saber que se encontraría al fin con otro niño con el que podría jugar.
Al bajar el otro lado de la colina se dio cuenta que hacía mucho calor y la gente con cara de preocupación andaba atareada caleteando agua en tobos y corriendo detrás de los camiones cisternas que pasaban.
Entonces vió al Niño. No era un niño normal ¡Era un gigante!
Le dio miedo ser aplastado por este Niño descomunal, se iba a esconder de él, pero ya el Niño lo había visto. Lo tomó entre sus dedos, lo alzó a la altura de sus ojos y le dijo con voz infantil pero potente:
-“Soy El Niño. Soy muy poderoso. Puedo calentar el mar. Acá he impedido que lloviera y hay una gran sequía pero en otros lugares he provocado fuertes lluvias e inundaciones…¡Y detesto que me digan que soy un fenómeno!”
Disgustado le lanzó al suelo, mientras caía Pipo cerró los ojos aterrorizado. Sintió el impacto al caer al suelo y abrió los ojos. Vio que estaba en su cuarto, al lado de su cama, que su cuarto estaba seco. Se dio cuenta que sólo se había caído de su cama y para su alivio todo había sido una simple pesadilla.
Sitio web de la imagen: http://www.aula365.com/desastres-naturales/
un cuento muy interesante y sobre todo educativo me sirvió mucho
ResponderEliminarotro cuentooo
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