("Una no mas me queda")
Por: Oscar Carrasquel
Villa de Cura, estado Aragua
Venimos de aquella Villa de escasos coches, cuando la mayoría de sus calles eran de tierra y sus caminos surcados por carretas y arreos.
Vengo a recordar aquellos tiempos cuando en una bocacalle o en el portal de cualquier casa se hacia sentir la coloquial presencia de un hombre alegre y gozoso llamado PABLO MONEGUI.
Sobre el hombro llevaba siempre abrazada un apretado manojo de escobas de millo, elaboradas por sus propias manos.
-..."Escobas, escobas, ¡Una no mas me queda ¡"
Simulando todo el tiempo que le quedaba la última escoba.
Era este su infatigable y estratégico grito que a todo dar se oía por lo largo de la silenciosa calle.
MONEGUI no tenia horario ni estación fija, la presencia de este expendedor ambulante fluía igual en la mañana que en la tarde, y sus pisadas se sentían muy frecuentes tanto en el centro, como en los escasos barrios de la población.
Las escobas las vendía a tres reales la unidad; el negocio no era muy lucrativo que digamos, pero al menos el ingreso le daba para el sustento del núcleo familiar.
El paso de las décadas dejo atrás la utilización de este singular implemento doméstico, muy útil en el aseo y limpieza de nuestras viviendas que MONEGUI se encargaba de llevar de casa en casa a la usanza de antaño.
Ya MONEGUI no está, se fue hace muchos años a rondar con sus pasos apuraditos las calles del cielo.
O e C enero 2015.
Sitio web de la imagen: http://www.solostocks.com/venta-productos/utensilios-limpieza-hogar/escobas/escobas-de-mijo-sorgo-6666485
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