Por: Virgilio León
Maracay, estado Aragua
(Del libro inédito Hacienda Virgen Pura)
-Soo….sooo…
Antes de atravesar el quinto paso aún llueve. La quebrada está subiendo considerablemente. Valentín, lanzado un escupitajo de chimó, se voltea y dice a los burros:
- No pasaremos. Esta “jodía” lleva mucha agua. Esperaremos a que baje.
Cubriéndose de la lluvia con un pedazo de lona se sienta a la orilla viendo el agua correr.
Arriba, en la casa del trapiche, Lombano atiza la leña. La paila hierve. Pronto el guarapo de la caña dará su punto de cocción para llenar los moldes de las panelas.
En la habitación grande de la hacienda Carmen y Teresa - por tradición - elaboran las muñecas de trapo. Las van colocando a lo largo de las repisas. Pulcramente vestidas, sin expresión en las caras, cubriéndoles el rostro con hojas de maíz. Su relleno lo realizan con algodón silvestre recogido por ellas misma en la sierra. Pedaleando la máquina de coser agotan el día hasta que la luz lo permite. Las muñecas no sobrepasan los sesenta centímetros. Las van vistiendo en trajes con muchos colores.
En aquellos años de la guerra de independencia en Venezuela, Virgen Pura fungía de centro hospitalario tanto al ejército patriota como al ejército realista. Atrás, en los terrenos aledaños de la vieja casa, debió enterrarse a muchos hombres que no soportaron las heridas.
Por las tardes, cuando la hacienda se cubría con el manto de grises y blanco, llegaban del picacho aquellos duendes con sus cajas de acuarelas para darles vida pintando en los rostros en cada muñeca de trapo la cara de aquellos soldados muertos.-
Virgilio León.-
Sitio we de la imagen: http://blog.mobigames.com.do/post/Juegos-Dominicanos-que-te-haran-volver-a-la-infancia
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu participación puede ayudarnos a mejorar el contenido de este blog. Esperamos tus comentarios y opiniones.