Como es fin de año, los animales - esos seres de alma pura - se reunieron para regalarle algo a los Poetas.
A Leo Villaparedes el gallo Tiburcio le dio un susto en la mañana. El gallo cantó el Ave Maria en Re mayor. Josefina lo acompañaba tímida.
A Teresa Samele su perra Lunita le dibujó una casita con el rabo en la arena, igualita a su casa de Tucupido ¡Cuantos sueños vividos!
A Ingrid Chicote las ardillas y la perezas de la plaza Bolivar de La Villa le cantaron cumpleaños feliz en diciembre pasado. A lo mejor este año también y con mariachis.
A Anita Mendoza un gato angora le recitó de memoria en un sueño los Veinte Poemas de Amor y la Cancion Desesperada. Fue tan feliz que se quedó dormida para seguir soñando.
A Manel Rebollo se le apareciò el mismo gato y le pintó un retrato de Anita en blanco y negro. Colgó el retrato en su sala y con el gato hizo un Perfomance.
A Luna Francès el perro que vuela le trajo un huevo de àguila. Ahora tendrà un perro volador y un aguila que ladra.
A Pablo Cabrera los perritos de Cecilio Pulgoso le regalaron una canciòn alegre y poderosa como sus versos.
A Maria Teresa Fuenmayor el hamster aquel le escribió un poema lleno de sonrisas y alegrias.
A Alexis Jose Herrera los conejos de San Francisco le regalaron un abrigo de piel pero no de conejo sino de recuerdos.
A Cesar Alvarez R unas codornices trufadas lo pusieron a escribir una elegìa a la buena comida
A Jose Rafael Hernandez un caimán le regalò su cuero para forrar los libros .
A Doris Galindez las mariposas le pintaron la mañana de mil colores llenos de poesia.
A Vilma Becerra la brisa de Cubiro le trajo un beso del páramo andino. Ella lo guardó como recuerdo.
A Olga B F el mar Caribe le regaló una carta llena de esperanza, se la envió con una gaviota que voló desde Cuba.
A Odelina los azulejos llaneros le trajeron un pedazo de cielo aragueño. Lo va a mandar a montar en un marco vacio que guarda su hermano.
A Belén Requena los guacamayos le regalaron sus colores de bandera nacional para que sus aprendices pinten cuadros llenos de magia.
A Luis Carlos los chivos del desierto le regalaron sus cueros para que haga un tambor grande, que retumbe por toda la Guajira llevando su mensaje de esperanza.
Al Chino Romero las palomas de todos los campanarios le regalaron sus plumones para que haga con ellos una almohada llena de sueños.
A Juan Carogo los canarios andinos le tejieron una manta amarilla para el frio.
A Henry Colmenares las paraulatas le cantaron los Poemas de Miguel Hernandez.
A Carlitos Arana, a quien le gustan los perros, le apareció un gran danés en la puerta de su casa, lo bueno es que es muy callado.
Me quedé sin animales, pero se que faltan muchos poetas. Ellos ya tienen su regalo, escribir es algo único y mágico: el regalo del Ave Fénix.
A este Poeta Juan Francisco el sapito borracho le regaló un libro miniatura escrito por todos sus amigos poetas. Lo guardé en una gaveta que tenia vacia en mi corazón.
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