EL LIMONERO DEL SEÑOR
Por: Andrés Eloy Blanco
En la esquina de Miracielos
agoniza la tradición.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor...?
Miracielos; casuchas nuevas,
con descrédito del color;
antaño hubiera allí una tapia
Y una arboleda y un portón.
Calle de piedra; el reflejo
encalambrado de un farol;
hacia la sombra, el aguafuerte
abocetada de un balcón,
a cuya vera se bajara,
para hacer guiños al amor,
el embozo de Guzmán Blanco
En algún lance de ocasión.
En el corral está sembrado,
junto al muro, junto al portón,
y por encima de la tapia
hacia la calle descolgó
un gajo verde y amarillo
el limonero del Señor.
Cuentan que en pascua lo sembrara,
el año quince, un español,
y cada dueño de la siembra
de sus racimos exprimió
la limonada con azúcar
Para el día de San Simón.
Por la esquina de Miracielos,
en sus Miércoles de dolor,
el Nazareno de San Pablo
Pasaba siempre en procesión.
Y llegó el año de la peste;
moría el pueblo bajo el sol;
con su cortejo de enlutados
pasaba al trote algún doctor
y en un hartazgo dilataba
su puerta «Los Hijos de Dios».
La Terapéutica era inútil;
andaba el Viático al vapor
Y por exceso de trabajo
se abreviaba la absolución.
Y pasó el Domingo de Ramos
y fue el Miércoles del Dolor
cuando, apestada y sollozante,
la muchedumbre en oración,
desde el claustro de San Felipe
hasta San Pablo, se agolpó.
Un aguacero de plegarias
asordó la Puerta Mayor
y el Nazareno de San Pablo
salió otra vez en procesión.
En el azul del empedrado
regaba flores el fervor;
banderolas en las paredes,
candilejas en el balcón,
el canelón y el miriñaque
el garrasí y el quitasol;
un predominio de morado
de incienso y de genuflexión.
—¡Oh, Señor, Dios de los Ejércitos.
La peste aléjanos, Señor...!
En la esquina de Miracielos
hubo una breve oscilación;
los portadores de las andas
se detuvieron; Monseñor
el Arzobispo, alzó los ojos
hacia la Cruz; la Cruz de Dios,
al pasar bajo el limonero,
entre sus gajos se enredó.
Sobre la frente del Mesías
hubo un rebote de verdor
y entre sus rizos tembló el oro
amarillo de la sazón.
De lo profundo del cortejo
partió la flecha de una voz:
—¡Milagro...! ¡Es bálsamo, cristianos,
el limonero del Señor...!
Y veinte manos arrancaban
la cosecha de curación
que en la esquina de Miracielos
de los cielos enviaba Dios.
Y se curaron los pestosos
bebiendo el ácido licor
con agua clara de Catuche,
entre oración y oración.
Miracielos: casuchas nuevas;
la tapia desapareció.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor...?
¿Golpe de sordo mercachifle
o competencia de Doctor
o despecho de boticario
u ornamento de la población...?
El Nazareno de San Pablo
tuvo una casa y la perdió
y tuvo un patio y una tapia
y un limonero y un portón.
¡Malhaya el golpe que cortara
el limonero del Señor...!
¡Mal haya el sino de esa mano
que desgajó la tradición...!
Quizá en su tumba un limonero
floreció un día de Pasión
y una nueva nevada de azahares
sobre la cruz desmigajó,
como lo hiciera aquella tarde
sobre la Cruz en procesión,
en la esquina de Miracielos,
¡el limonero del Señor...!
El Nazareno de San Pablo se encuentra en la Basílica de Santa Teresa, en el centro de Caracas. Debe su nombre al templo donde se encontraba originalmente "La Ermita de San Pablo El Ermitaño" la cual fue derribada durante el mandato de Guzmán Blanco quien decidió mandar a construir allí el Teatro Nacional. También expropió muchas edificaciones propiedad de la Iglesia Católica dándoles utilidad pública y expulsó a sacerdotes y religiosas del país. Lo que es actualmente el Panteón Nacional era una iglesia, el Correo de Carmelitas fué un convento de monjas carmelitanas. El edificio de la Onidex fué un seminario de Padres Jesuitas.
Según la tradición, la noche del estreno del teatro, se encontraba Guzmán Blanco atendiendo a la función sentado a solas en el palco presidencial y en el entreacto escuchó un ruido tras sí. Al volverse vió al Nazareno quien le reclamó. -Guzmán, ¿Qué has hecho con mi iglesia?
En ningún momento asoció Guzmán Blanco las palabras del Nazareno con sus ataques a la Iglesia Católica sino que creyó ser recriminado solamente por haber mandado a demoler la ermita de San Pablo. Así que para pagarle al Nazareno mandó edificarle no una sino dos iglesias. Y ya que su esposa llevaba el nombre de Ana Teresa, se construyó una iglesia en honor a Santa Ana, madre, según la tradición, de la Virgen María y la otra iglesia fue hecha en honor Santa Teresa de Ávila, la Doctora de la iglesia. La pared trasera de la una lo era también de la otra, como si estuvieran pegadas "espalda con espalda".
Tiempo después se hizo derribar la pared intermedia que las separaba y se dejó una sola iglesia llamada de Santa Teresa. Por eso da la impresión de tener dos entradas y es que son las dos entradas originales: la que tiene la imagen de Santa Ana y la Virgen Niña fue originalmente la entrada a la iglesia de Santa Ana y la que tiene la imagen de Santa Teresa era la entrada a la iglesia Santa Teresa. Es allí donde se encuentra la imagen del Nazareno de San Pablo, tan venerada por el pueblo caraqueño.
La afluencia de personas para ir el Miércoles Santo al templo a la procesión del Nazareno es impresionante, su procesión es la más concurrida de toda Caracas. Actualmente está regulada la entrada a la iglesia , prohibiéndose hacerlo con velas o cirios encendidos, a raíz de que el 9 de abril de 1952 una falsa alarma de incendio provocó una estampida humana en la que murieron aplastadas 49 personas.Por ello los cirios o velas encendidas solamente son permitidos durante la procesión al aire libre.
Cuenta la leyenda que esta imagen ha sido muy milagrosa. Según la tradición, cuando el ebanista que la estaba esculpiendo terminó de hacerlo, el Nazareno le dijo: -Hijo, ¿donde me habéis visto que me has hecho tan perfecto?
También según la tradición una vez hubo peste en Caracas y sacaron en procesión al Nazareno y al pasar por la esquina de Miracielos, donde existía un limonero, la cruz del Santo se enredó en las ramas del árbol que estaba cargado de frutos, alguien gritó “milagro”, y todos comenzaron a tomar la fruta y comerla y dieron limonada a los enfermos quienes inmediatamente se curaron.
Esta tradición fue hecha poema por Andrés Eloy Blanco eximio poeta venezolano, bajo el nombre de El limonero del Señor
SITIOS WEB DE LA IMAGEN: http://mariafsigillo.blogspot.com/2011/04/las-tres-leyendas-sobre-el-nazareno.html
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