Por Oscar Carrasquel
Villa de Cura, estado Aragua
Ella tuvo, señores hidalgos, la labor de enseñar
Ella tuvo su primer abrir de ojos en Santa Bárbara de Rubio
Llamada la ciudad luminaria de toda la región del Táchira.
En la Sultana del Ávila se extinguió la luz de la tercera estrella.
Yo quiero adivinar y corear sus sueños de luces y de lánguida congoja
Yo quiero cuando tenga el tiempo vencido, cuando se desvanezca
El sueño de la noche
Y no sea posible auscultar el lamento de una lira, ni oír la voz de unos juglares,
Ni el coro de arrendajos y turupiales
Quiero que mi despojos se conviertan en arena.
Yo quiero que el polvo se lo lleven los vientos que mecen la aurora
Yo quiero que mi ceniza viaje con la corriente de un río crecido
Yo quiero que el tronco seco de una palmera de los llanos
Acompañe el cofre metálico entre las barrancas de un río
Yo quiero que unas garzas blancas volando en pareja vayan adelante
Besando las ondas del río.
Yo quiero que el polvo gris se confunda con la arena blanca del mar infinito.
Yo al final quiero, que a la hora crepuscular
El soplido del mar sea testigo de su final esparcir.
Maracay, 07 de junio de 2015
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