Por: Vinicio Jaén Landa
Villa de Cura, estado Aragua
Villa de Cura, estado Aragua
Para Augusto Padrón, noble samán
humano cuyas ramas generosas llegan
a todos los rincones de mi Aragua querida.
Este noble e historiado Samán de las Minas,
parece un viejo verde contemplando en silencio
desde la altura de sus cuatro siglos
la marcha atropellada del progreso.
Qué de cosas hermosas no habrá visto
con sus primeras hojas,
cuando apenas arbusto
contemplaba en silencio
el celaje del salto del venado,
el paso majestuoso de los tigres
o al indio cazador, siempre en acecho.
O acaso alguna vez fue despertado
de su siesta de leño
con el sonido de los cascos
de los caballos de los Conquistadores,
que iban de frente al viento
y con el brillo deslumbrante
del bravo sol de Aragua
reflejado en sus yelmos.
O con el ulular de las guaruras
de los indios guerreros
que comandados por Tucutunemo,
luchaban con denuedo
defendiendo su tierra y sus derechos.
También un triste día,
derrotado por Boves en La Puerta,
llegó hasta ti Bolívar
y aquellos malheridos guerrilleros,
que bajo el freso de tu inmensa copa
aliviaron la sed de su derrota
y encontraron alientos
para emprender con nuevas energías
su lucha heroica por salvar al pueblo.
También alguna vez, viejo Samán,
viste al Libertador alto y triunfante
"no menos Capitán que en la derrota
evocando románticos recuerdos,
escribiendo proclamas,
proclamando decretos
y viviendo a la sombra de tus ramas
sus mejores momentos.
Y también conociste, viejo samán eterno
de su amargura inmensa
y "haber arado en vano"
fue una amarga sentencia
escruta con la tinta
y con la lava ardiente
de mi sol aragüeño.
Después de años de gloria,
decepcionado y triste,
proscrito en Santa Marta
moría el Libertador.
(Poco antes en Berruecos
moría asesinado
el Mariscal de Sucre,
su mas fiel servidor.)
Todo eso lo supiste
y todo lo sufriste,
Viejo Samán de Patria
con raíces de amor,
se lo contó la brisa
a tus oídos tristes
y entonces con rocío
lloraste de dolor.
Tu savia vegetal pintar pudiera
los hechos más remotos y extraños:
conociste mi tierra cuando selva,
conociste la Patria cuando esclava,
conociste la historia cuando sangre
- gloriosa sangre heroica -
se regaba por todos los senderos
y forjaba en la mente de Bolívar
la clara libertad de Venezuela.
Y todo eso pasó, luego vinieron
los federados con Zamora al frente.
(Las bala de San Carlos dio en el blanco
y lloraste a Zamora en tu silencio).
Las dictaduras y las democracias
sólo lograron arrugar tu ceño
y hoy vives arrullado por la brisa
cantando la canción de los recuerdos.
Tu savia vegetal está teñida
con el color de todas las banderas.
Y ahora Parque infantil, Samán eterno,
eres por un decreto del gobierno,
y aquí estás abarcando con tus ramas
el mundo de los niños y sus juegos,
fabulando la historia de la patria
con la palabra que te presta el viento
y mirando el desfile de los años
con los ojos brumosos del recuerdo.
Todo lo viste y todo lo sufriste,
al leñador y al fuego, viejo samán eterno,
y aquí estás viejo verde,
con tu sonrisa pícara de abuelo,
dándole palmaditas a la brisa
y guiñándole el ojo a los luceros,
diciéndole piropos a las lluvias
y llamando a las aves a tu alero
y extendiendo tus brazos amorosos
a los niños que juegan en tu suelo.
Nota: Texto copiado del libro Poesía de Vinicio Jaén Landa, publicación de la Comisión Legislativa del estado Aragua (Maracay / marzo 2000)
Volumen de la biblioteca personal de Rosana Hernandez Pasquier.
COMENTARIOS:
De: Anónimo Muy hermoso el poema de Vinicio. Contrasta con lo que fue ayer este parque, con lo que es hoy ese histórico Samán de Las Minas. Un lugar nauseabundo. Basurero y depósito de animales muertos y perros realengos. Bueno que lograra una foto.
Queda a la salida hacia Cagua. Antes un parque bien conservado. Hoy depósito de basura y animales vivos y muertos.
Nació en tiempos de la colonia. Bajo su sombra descansaron muchas veces las tropas patriotas. Le han escrito bellísimos poemas.
Actualmente el Samán de las Minas se está extinguiendo y gente encargada de su conservación lo que hace es voltear a mirar para otro lado.
El poeta Montes de Oca le escribió un poema épico bellísimo.
En otra parte de Venezuela sería un atractivo para turistas nacionales y extranjeros.
Acá lo que cabe es la ignorancia, la desidia, hasta que a alguien se le ocurra derribarlo para colocar la estatua del político de turno.
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