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Luisa Cáceres Díaz de Arismendi (Caracas, 25 de septiembre de 1799 - Caracas, 2 de junio de 1866).
María Luisa Cáceres Díaz (conocida por la historia como Luisa Cáceres
de Arismendi) es uno de los personajes femeninos más insignes y heroína
de la gesta de independencia de Venezuela. Esposa del General Juan Bautista Arismendi.
Luisa Cáceres Díaz De Arismendi nace en Caracas - Venezuela el 25 de septiembre de 1799, hija primogénita del matrimonio formado por el distinguido pedagogo José Domingo Cáceres, de origen canario, y su esposa Doña Carmen Díaz, fue bautizada en la Iglesia Santa Rosalía.
Su padre fue profesor de latín, se ocupó de enseñarle a leer y
escribir, así como los principios y normas morales puestos a prueba
durante los años de cautiverio y destierro de la joven patriota. Tuvo
dos hermanos que la seguían, se llamaban Félix y Manuel Cáceres.
Es educada para ejercer el sagrado ministerio de esposa y de madre.
Por el atraso en que se encontraba la instrucción pública en esa época,
su espíritu no fue cultivado, aprendiendo solamente a leer y a escribir y
todas aquellas normas de sociabilidad que trasmitían los padres a los
hijos desde lejanos tiempos. Pero a pesar de su escasa instrucción Luisa
pudo elevarse a su destino y perfeccionarse moralmente durante su
infancia.
Desde muy temprana edad Luisa Cáceres se distinguía por su hermosura.
De estatura mediana y bellas facciones, llamaba la atención por su
porte y gentileza. En el año de 1814, antes de cumplir los quince años
de edad fue solicitada en matrimonio ante sus padres por un joven
patriota, el entonces Coronel Juan Bautista Arismendi, viudo hacía pocos años de Doña María del Rosario Irala.
Tragedia familiar
El año de 1814 fue un año adverso para la naciente República y
también para la familia Cáceres; el 6 de marzo las tropas del realista
Francisco Rosete asaltaron la guarnición de Ocumare y matan al padre de
Luisa quien se encontraba allí por invitación de su amigo el comandante
Juan José Toro. La Comandancia Militar, en Caracas, a cuyo frente se encontraba el coronel Juan Bautista Arismendi,
organiza una expedición de jóvenes estudiantes y acude el día 14 en
auxilio de los patriotas sitiados en Ocumare; entre los soldados de la
expedición estaba Félix Cáceres, hermano de Luisa. Las tropas de
Arismendi son derrotadas y Félix es hecho prisionero y ejecutado el 16
de marzo.
Por otra parte las sucesivas derrotas y la ofensiva de José Tomás Boves
y de su “Legión infernal” obligan a las fuerzas patriotas a abandonar
la plaza de Caracas; el 7 de julio de 1814 se emprende la retirada a
oriente comandada por Simón Bolívar y José Félix Ribas (hecho conocido en la historia venezolana como Emigración a Oriente);
entre los emigrados marcha la familia Cáceres, durante la travesía
mueren 4 tías de Luisa y sólo quedan ella, su madre y un hermano menor.
Los emigrados pasan por Barcelona y se dirigen a Cumaná a donde llegan a fines de agosto, pero la calma será por poco tiempo ya que Boves toma la ciudad.
Muchos de ellos consiguen pasar a Margarita donde Arismendi puede
ofrecerles alguna seguridad. El coronel Arismendi busca a la familia
Cáceres, a quienes había conocido y frecuentado por algún tiempo en
Caracas en la Navidad de 1813, les proporciona vestido, alojamiento y
demás recursos necesarios. El día 4 de diciembre de 1814 Luisa Cáceres
contrae matrimonio con el coronel Juan Bautista Arismendi.
Presidio en La Isla de Margarita
Para el año de 1815 Arismendi es Gobernadora provisional, momento en que a la isla de Margarita arribó El General Realista Pablo Morillo
al frente de una escuadra como jamás nunca se había visto en las costas
de Venezuela. El acoso español se inició por todo el territorio de la
república, durante algunos meses viven en las afueras de La Asunción
bajo el espionaje y la presión que las autoridades españolas mantienen
sobre los simpatizantes de la causa patriota en la isla. En septiembre
de 1815 se ordena apresar a Arismendi, éste escapa y se oculta con uno
de sus hijos en las montañas de Copey; el día 24 de septiembre Luisa,
quien se encontraba embarazada, es tomada como rehén para doblegar a su
esposo y encerrada bajo la vigilancia en la casa de la familia Amnés,
días después es trasladada a un calabozo del Castillo Santa Rosa en la Asunción.
Es en ese calabozo oscuro y sin luz de la fortaleza que comienza el
suplicio de Luisa por el maltrato y vejámenes cometidos por las tropas
españolas ante los cuales nuestra heroína nunca cederá. Un centinela
vigila hasta sus menores movimientos, y es obligada a comer el rancho
que le dan como único alimento. Luisa permanece sentada noche y día sin
moverse para no llamar la atención del celador. Un día el capellán de la
fortaleza de regreso de sus oficios pasa por su puerta y se queda
contemplando aquella mujer en actitud de vencida, de humillada. Movido a
compasión por su estado logra que le lleven comida de su propia casa,
que le supriman el centinela y que le coloquen una luz que ilumine el
calabozo durante la noche.
Las acciones militares de Arismendi le permiten hacer prisioneros a
varios jefes españoles entre ellos al comandante Cobián, de la fortaleza
de Santa Rosa por lo cual el jefe realista Joaquín Urreiztieta propone a
Arismendi canjear esos prisioneros por su esposa, tal ofrecimiento no
es aceptado y el emisario recibe por respuesta: «Diga al jefe español
que sin patria no quiero esposa». A partir de aquel momento empeoran las
condiciones del cautiverio y se desvanece la posibilidad de libertad al
fracasar los patriotas en un intento de asalto de la fortaleza.
Habiendo trascurrido un mes desde su prisión oye una noche una gran
alarma y se da cuenta de que se prepara un asalto al cuartel. La
lisonjea la esperanza de un triunfo de los suyos pero al amanecer,
cuando todo está en calma, sólo oye los lamentos de los moribundos y de
los heridos de la refriega. Horas más tarde los soldados la sacan de su
prisión para pasearla sobre la explanada del cuartel, donde han sido
fusilados los infelices prisioneros. Luisa tiembla ante la idea de que
ella también va a ser sacrificada, pero estaba equivocada: el objeto de
sus verdugos era que se paseara por sobre los cadáveres de los patriotas
fusilados, que caminara por sobre aquellos cuerpos sin vida que habían
tenido la osadía de querer libertarla. La sangre derramada va a
desembocar en el aljibe de la prisión y a Luisa la obligan a calmar su
sed con aquella agua putrefacta y pestilente mezclada con la sangre de
los suyos. El 26 de enero de 1816, Luisa da a luz una niña que muere al
nacer dadas las condiciones del parto y del calabozo en el cual se
encontraba prisionera.
Traslado a la prisión de la Guaira
Los brigadieres Juan Bautista Pardo y Salvador Moxó ordenan que se traslade a la detenida al fortín de Pampatar donde permanece algunos días, luego es trasladada a la prisión de La Guaíra y posteriormente al convento de la Inmaculada Concepción en Caracas,
donde ingresa como prisionera el 22 de marzo de 1816. Durante todo este
tiempo se le mantiene incomunicada y sin noticias de sus familiares.
Los triunfos de las fuerzas republicanas comandadas por Arismendi en
Margarita y por el general José Antonio Páez
en Apure determinaron que el brigadier Moxó ordenara el traslado de
Luisa a Cádiz, por tal razón es llevada de nuevo a la prisión de La
Guaira el 24 de noviembre de 1816 y embarcada el 3 de diciembre. En alta
mar son atacados por un buque corsario que se apodera de todo el
cargamento y los pasajeros son abandonados en la isla de Santa María en
las Azores.
Estancia en Cádiz
Imposibilitada de regresar a Venezuela, Luisa llega a Cádiz el 17 de
enero de 1817. Es presentada ante el capitán general de Andalucía, quien
protesta por la arbitraria decisión de las autoridades españolas en
América y le da la categoría de confinada, le asigna una pensión de 10
reales en vellón diarios y confía su protección al médico José María
Morón y su esposa Concepción Pepet, luego que pagan una fianza y se
comprometen a presentarla mensualmente ante el juez de alzada. Durante
su permanencia en Cádiz, se negó a firmar un documento donde manifestaba
su lealtad al Rey de España y renegaba de la filiación patriota de su
marido a lo cual respondió que el deber de su esposo era servir a la
patria y luchar por libertarla. El destierro transcurre sin noticias de
su madre y su esposo. En marzo de 1818 el teniente Francisco Carabaño y
el inglés Mr. Tottem se ofrecen para ayudarla a trasladarse a América;
se hacen todos los preparativos pertinentes para la fuga y la joven
promete que su esposo pagará todos los gastos al arribar a tierra
margariteña. Se despide de la familia Morón y emprende viaje a bordo de
una fragata de bandera norteamericana.
Llegada a Filadelfia
El 3 de mayo de 1818 llega a Filadelfia donde conoce a la familia del
almirante patriota Lino Clemente, emigrados a Estados Unidos, quienes
le brindan amistad y apoyo. El coronel Luis Rieux, comisionado por
Arismendi, visita a Luisa y se encarga de su traslado a Margarita a
donde llega el 26 de julio de 1818. Posteriormente, el 19 de septiembre
de 1819, el Consejo de Indias dicta una resolución mediante la cual se
le concedía absoluta libertad y facultad de fijar su residencia donde
quisiera. Residió en Caracas hasta el día de su muerte el 2 de junio de
1866, después de haber visto a su patria libre y la bandera de la
libertad ondeando en la América antes española.
Sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional el 24 de agosto de 1876 convirtiéndose en ser la primera mujer cuyos restos reposan en el más alto altar de la Patria.
En la actualidad en la ciudad de Caracas un instituto técnico tiene su nombre "Instituto Técnico Luisa Cáceres de Arismendi".[1]
En la ciudad de la Asunción capital del Estado Nueva Esparta existe la plaza Luisa Cáceres de Arismendi.[2]
En Capital del Municipio Silva (Tucacas) del Estado Falcon Venezuela existe un Liceo Privado que tiene su Nombre "Liceo Luisa Caceres de Arismendi"
Su busto es la imagen del billete de 20 bolívares fuertes (BsF. 20) en el sistema monetario actual de Venezuela.
Existe el Hospital Pediátrico Luisa Cáceres de Arismendi, en el Complejo Hospitalario José Ignacio Baldo en Caracas.
Existe en Caracas, en la Avenida Guzmán Blanco, de la parroquia
Coche, La Unidad Educativa Colegio y Liceo Luisa Cáceres de Arismendi,
institucion educativa privada.
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