Por: Lic. Romer Pérez
Villa de Cura, estado Aragua
En una ciudad de mi país vivía una maestra con pasos de chocolate… sus ojos olían a poesía… su voz tenía el color del canto de Ali Primera y de los cuentos de Aquiles Nazoa, a ella le encantaba trabajar con los niños, pero los directores no la dejaban, porque esa era una ciudad y ella tenía voz de pueblo. La pobre estaba muy triste, encerrada en una casita de canela miraba a los niños regresar de la escuela con cara de cuaderno sin dibujo y lanzaba suspiros tan grandes que hacía temblar las pocetas donde se sentaban los directores. Estos se molestaban mucho, formaban berrinche y no les gustaba ir al baño, por eso se ponían barrigones y con cara de cochino con diarrea.
Un día llegó a la escuela un nuevo director con zapatos de libertad, camisa de sueños y un sombrero de esperanzas. Este nuevo director había oído hablar de la maestra y le pidió que saliera de su casita de canela para trabajar con los niños y que a estos se les quitara la cara de cuaderno sin dibujo. Los niños se pusieron muy contentos, ella también y como tenía tanto tiempo encerrada comenzó a inventar cuentos, historias, mitos, leyendas y a caminar contándolas por las calles que se llenaban de pueblo para oír sus relatos y oler sus pasos de chocolate. Tanto caminó que llegó a la luna, menos mal que dejó regado por todo el camino el olor a canela y sus huellas de chocolate que mi hermano el viento se encarga de regar por todos los rincones de mi país. Por eso, en las noches, cuando tengo ganas de un cuento bonito, siento el perfume del viento, miro la luna y oigo el color de su voz… si, es la voz de la maestra que tiene pasos de chocolate… fin.
Sitio web de la imagen:http://revistamagisterioelrecreo.blogspot.com/2013/04/cohibidos-por-las-nuevas-tecnologias.html
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