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martes, 18 de noviembre de 2014

LUCIO LOPEZ “PATETURCA” (Una historia del siglo xx)


Por: Oscar Carrasquel
Villa de Cura, estado Aragua


Lentamente desmayaba la tarde
sobre  el paisaje de La Villa.
Por la calle del medio, con su sepulcral silencio,
¡pasa sin prisa un entierro!.. 
Sin flores, ni dobles de campana,
sin lloro, ni acompañamiento.

La sombra de los aleros de los antiguos caserones
ganan espacio sobre la acera encementada,
caía el rayo de sol  moribundo sobre el macadam.

Sudor de hombre forzudo, negra la tez,
pies elefánticos descalzos, ronca la voz,
ancha la espalda, de paltó y sin franela.

Tarda  el hombre en rodarse
¡Chas… Chas… Chas…!
Parece  un coche fúnebre de carne y de huesos.

Su tétrica misión es trasladar difuntos 
dentro de un cajón, sin mortaja.
Comenzando  del hospital Santo Domingo
hasta el camposanto es el itinerario preciso.

Pobres de solemnidad,
para los cuales no hay salones velatorios,
Ni cortejos. Ni redoble de pasos.

Los almacenes, tiendas y fondos de comercio  
entrejuntan sus portones, o  cierran sus puertas,
mientras dura el paso del hombre
con su fúnebre carga.

El transeúnte  cotidiano detiene la marcha,
conmovido se despoja del sombrero
Y se hace la cruz sobre la frente.
El mundo infantil frunce su ceño esquivo.

La “recta final”,  como bautizaron
a la calle del Comercio
queda empañada de licor, de soledad
y de silencio.

“Pateturca” se aleja íngrimo por la calle larga
con el penúltimo viaje del día.
El cajón se deja abrazar,
y sobre su hombro zurdo lo pone a descansar.

El fúnebre enterrador ya pisa el cementerio,
busca entre cruces y tumbas
la cuna de negra tierra recién removida.

Enterrar encimita es suficiente;
el mendigo de ojos enrojecidos se retira,
livianito el cajón, sin desaliento,
a buscar otras muertes.

                                La Villa de San Luis, invierno 2016



COMENTARIOS

Carmen Luisa Sandoval Era inofensivo, sin embargo recuerdo que los niños de mi época le teníamos miedo. . .

Judith Araujo QUE RECUERDO TAN LINDO CUANDO MI MADRE ME DECÍA PONTE LOS  ZAPATOS SE TE VAN A PONER LOS PIES COMO PATA DE TURCA

Jagger Utrera Recuerdo que le gustaba escupir los pasillos de la entradas de las casas, creo q masticaba chimo.

NOTA: La foto es solo referencial, no pertenece al personaje aludido en el escrito.

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