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sábado, 2 de noviembre de 2013

2 DE NOVIEMBRE: DÍA DE LA LLORA




Una mezcla de la cultura española, indígena y africana, confluyen en baile de La Llora, una manifestación autóctona de los valles de Aragua, que se celebra el 2 de noviembre, Día de los Santos Difuntos.

Esta tradición se mantiene en la población de Zuata y en La Victoria, municipio Ribas, en el eje Este de Aragua, localizado a 88 kilómetros de Caracas, capital de la República.

La Llora, máxima representación dancística musical, concentra a cientos de bailadores de todo el país e invitados internacionales en la populosa parroquia de Zuata cada 2 de noviembre.

Este baile combina música criolla con danza, es una mezcla de joropo, vals, merengue y golpe, formada por seis piezas: La Sambainina, La Vaca, El Oso, La Chispa, El San Juan y La Magdalena y El Palito. Los danzantes portan una vestimenta típica del folclore venezolano

En la población de Zuata se incorpora una séptima pieza que es el Aguacerito de Dios. En esta pieza se interpreta el joropo central, un ritmo diferente a las otras seis piezas que interpretan los músicos durante el baile.

Este pasaje rítmico tiene una duración minima de cinco a ocho minutos, sin embargo, hay Lloras que pueden extenderse hasta 15 minutos, de acuerdo a la inspiración del cantador en cada una de las piezas.

La Llora es patrimonio cultural de Ribas. En 1996 fue declarada Patrimonio Cultural de Aragua, sin embargo, la declaratoria no fue oficializada en Gaceta y este 3 de abril el Consejo Legislativo Bolivariano de Aragua saldará esa deuda con cultural popular.

En la última década ha sido reconocida la trayectoria y permanencia de esta expresión dancística musical, que en 2011 logró la creación de la Orden La Llora, en su única clase, por parte de la Alcaldía de Ribas. Está distinción fue entregada por primera vez en 2012, en reconocimiento a la labor de los cultores, docentes e investigadores que mantienen el legado cultural.

Origen

Esta manifestación cultural está presente en Venezuela desde la época prehispanica. Tiene herencia africana, basada en el uso de instrumentos musicales como el carángano, del continente africano, y herencia española por el baile del joropo valseado.

Fanny Morillo, directora del Colectivo La Llora y de Danzas Vera, conformado por 73 cultores, entre músicos y bailadores, afirma que esta tradición tiene más de 300 años en los valles de Aragua.

Por su parte, Yhon Goyo Useche, con más de 37 años bailando Llora, explica que no se conoce con precisión el año en que surgió esta manifestación. 

El uso de instrumentos musicales como el carángano ponen el sello africano a este baile, en combinación con la mandolina, el cuatro, el tambor y las maracas, instrumentos propios del folclore venezolano.

Aunque se celebra el Día de los Muertos, nada tiene que ver con llanto ni culto a los difuntos. Es una fiesta criolla que convierte a Zuata y La Victoria en la capital cultural de Venezuela, donde asisten cultores de todo el país.

El Baile

"Vamos a bailar joropo sambainino", dice el músico para dar inicio al tradicional baile que comienza en ritmo de vals. Las parejas se colocan en forma de círculo, alrededor de una mata de plátano. Danzan en sentido contrario a las agujas del reloj.

Entre cada una de las piezas musicales que componente La Llora, los músicos alzan su grito guerrero indígena.

Al escuchar el primer grito de guerra, comienza la segunda pieza que es La Vaca, evocando las tardes de toros que se llevan a cabo en algunas regiones de España. En esta histriónica presentación, la mujer simula ser una vaca, colocándose los dedos índices en la frente, mientras que el hombre la torea con un pañuelo rojo.

Seguidamente llega la tercera parte del baile: El Oso, donde los bailadores imitan el caminar de este animal. La Chispa (borrachera) es una de las piezas musicales más jocosas de esta manifestación porque los hombres imitan a un hombre ebrio que se sujeta a su pareja.

Otro elemento originario de España, es la pieza de San Juan y La Magdalena, donde rinden un culto religioso a la santa, con un paso de vals muy suave. La mujer lleva las manos en forma de oración y el hombre la cubre con su sombrero.

Esta pieza termina con el canto "San Juan y la Magdalena fueron a comer manzana, y después que la comieron, repicaron las campanas". Ese momento, los bailadores cambian de pareja con el golpe de San Juan para iniciar El Palito a Palo.

En esta última parte, hombres simulan una pelea y entrelazan las piernas para tratar de tumbarse, al tiempo que cantan: "Tranca el palo María Antonia, que se quiebra la vera, si se quiebra por la punta cojéelo por la mitad".

Relanzamiento

En los años 70 hubo un relanzamiento de La Llora por parte de cultores e investigadores del municipio Ribas, que preocupados por mantener esta cultura, iniciaron un trabajo pedagógico de llevar esta tradición a las escuelas.

Quiénes impulsan este movimiento son las profesoras Gisela Pastori, Salcy Álvarez, el doctor Germán Fleitas Núñez y el músico y director del Grupo Vera, Aníbal Gurreiro, a quien se atribuye la parte investigativa de los últimos cuarenta años.

En este proceso se incorpora El Grupo Vera, agrupación musical que nace en el sector La Mora de La Victoria.

Este movimiento recorrió toda Venezuela. traspasó las fronteras y llegó a 42 provincias de Francia, Colombia, Cuba, y a las islas de Aruba y Curacao, donde los bailadores dejaron en alto el legado cultural de Venezuela.

Fanny Morillo considera que La Llora estaba dormida en la historia y en las poblaciones del municipio Ribas, por tal razón, a partir de los años 70 se levantó este movimiento que logró despertarla. "Despertamos algo que nos pertenece".

Estrategia pedagógica

Como parte de ese despertar, esta manifestación cultural es tomada como estrategia pedagógica en las instituciones educativas de Ribas. Desde 2004 se realiza el Encuentro Pedagógico Cultural Baile de La Llora en Ribas.

Este evento se realiza en noviembre y participan escuelas estadales, nacionales y privadas, incluso centros de educación especial. En 2012 participaron cerca de 48 instituciones educativas.

En el inicio del año escolar se dictan talleres sobre la elaboración del vestuario e instrumentos musicales utilizados en el baile. Estas artesanías se construyen con material reciclable a través de los Espacios Permanentes para el Desarrollo Cultural y Endógeno, que se imparten en cada escuela.

Los docentes, como Yhon Goyo Useche, maestro de educación inicial, han asumido La Llora como herramienta pedagógica para iniciar a los estudiantes en la investigación sobre este baile, tradiciones y costumbres, para mantener viva esta raíz aborigen, africana e hispánica.

De esta manera, cultores, docentes e investigadores hacen resistencia cultural para mantener en el tiempo la cultura popular, arraigada en los valles de Aragua desde la época de la colonia.


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