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viernes, 31 de agosto de 2012

LA VILLA DE CURA DE AYER (Según relato de Priscila Bolívar Rodriguez de Izzo)

      
     El martes 7 de agosto por la tarde estuvimos en el hogar de  Priscila Bolívar Rodriguez de Izzo quien nos recibió en su casa con mucho cariño y en cuya compañía pasamos una tarde agradable y distinta escuchando sus recuerdos de la Villa de Cura de antaño.
                Priscila a sus 88 años se conserva activa, lúcida, coqueta, ingeniosa y pícara y el tiempo para nosotros voló escuhando sus anécdotas y ocurrencias.  Es maestra jubilada, recordada con mucho cariño por quienes fueron sus alumnos y quienes la visitan, le llevan dulces caseros y se sorprenden de su falta de arrugas y de la vitalidad y alegría que transmite. Es una enciclopedia ambulante no sólo por sus amplios conocimientos académicos sino  también por su memoria prodigiosa en la que conserva vivencias villacuranas de casi un siglo.
                En amena conversación nos contó cómo de chica -aunque nunca aprendió a bailarlo- admiraba mucho el baile de joropo.  En su época se decía que el joropo bien bailado constaba de 21  pasos básicos.  Recuerda cómo en uno de esos joropos maratónicos que se celebraban en La Encrucijada, un señor villacurano de apellido Vargas se convirtió en una celebridad por haber sido capaz de bailar joropo ¡Tres días seguidos sin descanso!
               De su niñez tiene un verdadero repertorio de adivinanzas, refranes, canciones y poesías.  Para nuestros lectores compartió estas adivinanzas:

"Cien niñas en un tablado
vestidas de colorado"   (Las tejas)

"¿Cual es el santo más cuadrado?"
(San Marcos)

"¿Cual es el santo más pequeño?"
(San Tito)

           De esa época inolvidable de su juventud,  de aquellos amores románticos, platónicos, recuerda cómo uno de sus pretendientes le entregó una tarjeta que rezaba:

"Al jardín pídole flores,
a las palomas su arrullo,
a las fuentes su murmullo
para enviarte mis amores".

          Siempre   fue elegamte, así que llamaba mucho la atención del sexo opuesto. El padre, al igual que los demás progenitores de la época solía repetir: "Pretendiente que se acerque acá debe hacerlo con intenciones matrimoniales, y debe ser trabajador o profesional. No un patiquín".   (La expresión "patiquín" se refería con desdén a los jovencitos que, pendientes de lucir bien, se acicalaban y vestían elegantemente pero no estudiaban, trabajaban ni hacían algo de provecho).
         Entre sus anécdotas, Priscila recuerda cómo su padre la llevaba junto con sus hermanitos todos los domingos al Cine Ayacucho a ver las películas de Charlie Chaplin.
      
               Dichas películas eran en blanco y negro y sin sonido. Cuando un personaje hablaba simplemente aparecía en pantalla un cartel con las palabras respectivas que había qué leer.  Iban a función "vespertina" (De 5:00 a 7:00 p.m.)  y asistían siempre a las retretas de jueves y domingos en la Plaza Miranda (En aquella época no existía la Plaza Bolívar).  Tamién iban sin falta a la Misa Dominical después de la cual cada uno debía repetir a su papá  lo que recordaba del Evangelio, esto los obligaba a estar atentos a las palabras del sacerdote y a no dejar divagar la mente mientras él hablaba.
              Recuerda de esa època al padre César Castellanos, sacerdote cubano quien hacía unos sermones "larguísimos". Había nacido en alta mar en un barco que venía de Cuba a Venezuela.  Acostumbraba a lanzar indirectas desde el púlpito a las personas que según su apreciación se estaban portando de manera inadecuada de un cristiano, lo cual dejaba incómodos a los aludidos e intrigados a los demás que cavilaban "¿Con quién será eso?"   Posiblemente fue debido a esta costumbre que  al Padre lo "sacaron"  de Villa de Cura y fue a tener a Valencia donde fundó un Colegio que llegó a ser muy bueno.  
            Nos despedimos de la maestra Priscila por los momentos aunque volveremos a visitarla un día de estos  y aprovechamos la oportunidad de invitar a los abuelitos y abuelitas de Villa de Cura a compartir sus recuerdos, su memoria viva de la historia local para el conocimiento de las nuevas generaciones. Pueden hacernos llegar sus anécdotas al correo 
vozdevilladecura@gmail.com o a través del mismo  ponernos de acuerdo para visitarles  y escuchar sus narraciones para luego compartirlas por este medio.
(Sitio web de la imagen del Museo: http://www.letralia.com/198/buzon01.htm)
          

COMENTARIOS A ESTA ENTRADA:


De: Anónimo

15 de diciembre de 2012 06:05
She's my Aunt!



  De: Anónimo
4 de febrero de 2013 11:49
Por favor, si alguien de uds conocen a la familia de la Sra Maria Ester de Izzo en Villa de Cura (ella dice q el dueño de "Mil pollos" es su hermano), diganle q esa Sra está en el Asilo Sto Domingo de Villa de Cura para q la visiten xq se siente muy sola. Dice q tiene 2 hijas, q una tiene un programa en una emisora de radio, pero q nadie la visita. Es triste llegar a viejo sin el calor familiar!!!       



De: Anónimo

15 de febrero de 2013 14:43
La Sra María Ester de Izzo aún espera a que sus hijas y su hermano la vayan a visitar al Asilo Sto Domingo de Villa de cura. Aragua. Tlf: 0244-3861453.
                      

De: Anónimo
15 de marzo de 2014, 17:29
Qué maravilla saber de mi natal Villa de Cura y de sus gentes con recuerdos tan estupendos. Soy una nostálgica villacurana, de Las Mercedes, y vivo en Zacatecas, México. Un beso a la Patria desdibujada en recuerdos; aunque estoy lejos no estoy ausente. ¡Viva Villa de Cura!

4 comentarios:

  1. Por favor, si alguien de uds conocen a la familia de la Sra maria Ester de Izzoen Villa de Cura (ella dice q el dueño de "Mil pollos" es su hermano), diganle q esa Sra está en el Asilo Sto Domingo de Villa de Cura para q la visiten xq se siente muy sola. Dice q tiene 2 hijas, q una tiene un programa en una emisora de radio, pero q nadie la visita. Es triste llegar a viejo sin el calor familiar!!!

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  2. La Sra María Ester de Izzo aún espera a que sus hijas y su hermano la vayan a visitar al Asilo Sto Domingo de Villa de cura. Aragua. Tlf: 0244-3861453.

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  3. Qué maravilla saber de mi natal Villa de Cura y de sus gentes con recuerdos tan estupendos. Soy una nostálgica villacurana, de Las Mercedes, y vivo en Zacatecas, México. Un beso a la Patria desdibujada en recuerdos; aunque estoy lejos no estoy ausente. ¡Viva Villa de Cura!

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