"UN RELATO HISTÓRICO"
CUENTO
Por: Carmen Muñoz de González
Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela
A mi amiga y pariente
Marta Ceballos de Martinez
Villa de Cura, julio del 2008
Corría el año de 1890, ultima década del siglo XIX (19). Villa de Cura, puerta del llano, pueblo solariego, afectuoso,abierto al comercio del ganado. Calles polvorientas, caminos que conducen a la capital del país, Caracas, la de los techos rojos. Entre sus calles convergen los arreadores de ganado para conversar de sus hazañas. Vienen del llano adentro trayendo lotes de ganado que luego serían vendidos en la romana villacurana. Vienen a pie, arrastrando sus alpargatas por lo largo y ancho del camino.
En este paisaje típico de la Venezuela agraria surge la figura del caudillo conocido como el "Mocho" Hernandez, apodo del general José Manuel Hernandez, fundador del Partido Liberal Nacionalista. Hombre fuerte, alza'o, resuelto a la contienda y quien participa como candidato en las elecciones de 1898 para enfrentarse al general Joaquín Crespo quien era el candidato del entonces general Ignacio Andrade. Dichas elecciones se celebraron en el Congreso, más, sin embargo, el "Mocho" Hernandez, recorrió el país realizando concentraciones públicas y exponiendo sus ideas. Fue el primero en realizar un mitin político en Venezuela.
A finales de 1898 se efectúan las elecciones citadas y es casi seguro que el "Mocho" Hernandez fue el ganador, sin embargo, el presidente del Congreso tuvo miedo de darle la noticia al general Joaquín Crespo y se comete así el primer fraude político en elecciones venezolanas.
Cometido el fraude, el "Mocho" Hernandez inicia la Revolución Liberal Naconalista para derrocar al general Andrade de la Presidencia.
Entre revueltas y revueltas, en una de sus tantas recorridas por el país, llega el "Mocho" Hernandez a nuestro pueblo Villa de Cura. Venía huyendo de los contrarios a sus ideas y al atravesar por toda la Calle Real observa a una dama sentada en el pollo de su ventana, acariciada por el fresco aire de la tarde. Muy gentil y caballeroso la saluda y sin esperar contestación se introduce en el amplio zaguán de la casa. La señora Marta, impresionada con la intrepidez del hombre, oye sin pestañear sus explicaciones y sin más le da alojo y comida.
Al llegar su esposo, Don José Rafael, la esposa con gracia e inocencia le cuenta:
- "Debajo de la cama está un hombre escondido. Lo resguardé allí".
La sorpresa se refleja en el rostro del buen Don José Rafael quien piensa : "Dios...¿Qué le pasa a mi mujer?" Luego de un instante de malévolos pensamientos, cruzan palabra los tres. Sin sobresaltos oye Don José Rafael los alegatos del hombre... - "¡Ay!" - Respira profunda y lentamente y de pronto, como si un rayo de luz se hubiese encendido en su cabeza, decide cómo sacarlo de la casa.
Llega la oscura noche con su negro listón, noche silente. Sólo el cantar de los grillos adormece el alma. Don José Rafael tenía burros y era su costumbre salir con ellos a las tres de la madrugada..¡Es la oportunidad! - Exclamó el "Mocho".
Los dueños de la casa lo visten con la ropa de Don José Rafael. Campechano y dócil sale el "Mocho" con sus burros.
Los animales se quedan pastando en un lugar acordado entre él y Don José Rafael y el general Hernandez logra huir.
Luego de transcurridos varios días cae prisionero un grupo de hombres contrarios al "Mocho", pero como por cosa del destino, uno de ellos es el hermano de Doña Marta. Al percatarse de esto, el "Mocho" Hernandez ordena fusilar a todos menos a este joven por agradecimiento a quien le salvó la vida en esa oportunidad a sabiendas de sus ideales.
Nuestro pueblo, lleno de historias y anécdotas: José Tomás Bóves, dueño de la altiva Casa del Santo, Ezequiel Zamora con su bodega en la Calle Real y el "Mocho" Hernandez, arreador de burros con gesto humanitario.
¡Quién lo iba a decir en nuestra Villa de Cura gentil!